sábado, 1 de septiembre de 2012

La vergüenza de tu armario

Hola a todos y todas,
 
La crisis va a acabar con las salidas a la calle. Dicen las estadísticas que los juegos de mesa están en alza porque el presupuesto destinado al ocio es cada vez más reducido, y las discotecas de entonces se sustituyen por las quedadas hogareñas de ahora. Ya, en uno de mis primeros post, os apunté la necesidad de las marcas de adapartarse a esta situación. Muesta de ello eran las líneas Homewear para dar respuesta a esta nueva necesidad.
 
Otra de las actividades que cada vez será más habitual es la de limpiar nuestra casa, porque cada vez estamos más en ella... A la vuelta de una semana de semi-vacaciones, me encontré que debía darle algo más que un repasito a la cocina. Aún llevaba la ropa del trabajo (chinos y blusa) y me pregunté: qué me pongo para limpiar.
 
Os parecerá una tontería, pero ¿qué ropa es la indicada para limpiar, y por qué aún no se ha inventado la ropa para limpiar?  Si ya existe el gymwear, el homewear, el suitwear, el beachwear... ¿por qué no existe el cleanwear?
 
La línea cleanwear debería ser resistente a los productos químicos (como los guantes), transpirable (no como los guantes, pero sí como el algodón), elástico (añadiendo al algodón algo de elastano o lycra)... En definitiva, demasiado caro y complicado... para una actividad tan poco gamourosa como limpiar.
 
Además, la línea Cleanwear no puede ser muy bonita; porque si lo fuera, correrías el riesgo de ponértela para salir a la calle, y perdería su esencia.
 
Y digo yo, ¿para qué vamos a comprar ropa destinada a estropearse limpiando? ¿No será mejor llevar ropa que ya esté estropeada antes de ponernos con el estropajo?
 
Pues a esa pregunta le han dado respuesta miles de limpiadores y limpiadores no profesionales del mundo con la prenda estrella de la limpieza: la camiseta gastada.
 
La camiseta gastada es esa prenda que no te pones porque perdió su estilo y su color, e incluso su forma. Es esa prenda que has lavado tantas veces, que dejaste de separarla para poner la lavadora. Es esa prenda con la que nunca te gustaría que te vieran. Es la vergüenza de tu armario. Por eso, precisamente la condenas a la pena de muerte...
 
¿Y qué haces cuando no tienes una camiseta de estas características -porque poniendo orden en tu armario decidiste tirarla-? Pues lo que estoy haciendo yo en estos momentos: decidir qué camiseta se convertirá en la vergüenza de mi armario.

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