lunes, 30 de julio de 2012

El vestido largo de Marta

Hola a todas,

Hoss Intropia


Son pocas las veces que he elegido un vestido largo para asistir a una boda. Y ello por varios motivos, el primero de ellos porque mi recortada estatura no los luce como debería, y el segundo de ellos, porque un vestido largo puede convertirse en una trampa mortal... 

El peligro número 1 es que no elijamos uno con la suficiente caída y que no se mueva con nosotras cuando andamos. El vestido largo debe tener movimiento, en caso contrario estaremos incómodas y tiraremos continuamente de él para colocarlo en su sitio justo.
El peligro número 2 es elegir poliéster. Lo más acertado para un vestido largo es la seda, la gasa o el raso. El vestido tendrá el máximo protagonismo, y no podemos estropearlo con poliester y lycras evidentes que destrocen el glamour que se le presume a un vestido largo de fiesta.

El peligro número 3 es no elegir el largo adecuado, y dejarlo a la altura de los tobillos. Un vestido largo de fiesta debe rozar el suelo, porque si aplicamos la regla derivada del peligro 1 se moverá junto a nosotros, y el movimiento lo elevará por encima de nuestros tacones.

 
Por todos estos peligros, el vestido largo de fiesta sólo está permitido para algunas mujeres. Una de estas mujeres es Marta, la más alta y espigada de mis amigas.  

Marta está buscando un vestido largo para asistir a una boda. En su caso no hay problema alguno: es alta, delgada, guapa... en fin, que cualquier cosa que se ponga le sentará bien.

Hoss Intropia
El problema en este caso es, ¿por dónde empezar a buscar cuando una lleva años sin vestir de largo, y no quiere dejarse el bolsillo en el intento?

Para mí las mejores opciones son Hoss Intropia, porque utiliza buenos tejidos, sólo algunos modelos superan los 300 euros, y sientan muy bien; y Adolfo Dominguez, por los mismos motivos, aunque no siempre aciertan con las tallas y el corte.

Otras opciones son Purificación García, Alice + Olivia, Jota + Ge y otras muchas marcas. No es nada descabellado buscar un bonito vestido en webs como Yoox o The Corner aunque a otros precios, menos populares.

Ahora se apuntan a los vestidos de fiesta otras marcas como Mango, que sólo venden online, y que si al principio parecía que acertaban, están alejándose poco a poco del estilo romántico de sus inicios. El poliéster y los colores y estampados estridentes hacen de Mango una opción de último recurso. Una pena porque parecía que apuntaban maneras...
Por supuesto, queridas, podéis correr a compraros un vestido largo de fiesta a Moschino, Chanel, Versace, Oscar de la Renta, Carolina Herrera... o a un estilo más nupcial en Rosa Clará, Aire Barcelona, pero eso son palabras mayores si sois simples invitadas...

Un beso a todas!!!

viernes, 27 de julio de 2012

Lo importante no es cómo lo llames

Hola a todas y todos!!


Stradivarius

Uterqüe

Siempre han existido colores difíciles de definir, de esos que no sabes si son más azules que verdes, o más verdes que azules...


Colores como el mostaza - que no es amarillo-,  o el coral - que no es naranja-, incluso el crudo - que no es blanco, ni beige-.




Son esos colores que cuando los nombran frente a un hombre se queda con la cara desencajada, pensando que se te ha ido la cabeza... y deja de escucharte inmediatamente. Cuando le dices que te acerque el vestido coral y después de esperar 5 minutos, lo descubres frente al armario sudando - y dudando entre el rosa y el naranja-.

Bimba & Lola
A los corintios - de Corinto- les debemos mucho, un orden arquitectónico, unas lecturas religiosas, ... pero también un color!!! Un color controvertido que esta temporada se convierte en protagonista de todo tipo de prendas: el corinto.

Seguro que lo habéis llamado burdeos, granate o rojo sangre: es un color indefinido.





Bershka
El corinto es un rojo oscuro - también llamado rojo sangre- , mientras que el burdeos es un rojo púrpura... ¿Ojipláticas por la diferencia? 

Nada de agobios!! Cualquiera de ellos!! Da igual como lo llaméis: el corinto es un color subjetivo, para unos es rojo, para otros es granate, otros lo consideran burdeos...


Stradivarius

Esta temporada podemos llamarlo como queramos!! Y si no, os muestro mi selección: Para Bimba & Lola su bolso es rojo sangre, mientras que para los de Uterqüe, es burdeos.

La camisa de Bershka podéis encontrarla como granate, mientras que la de Stradivarius es roja.

¿Veis? Lo importante no es cómo lo llames, sino que lo lleves.

Besos, de vuestra Miss Garabato






viernes, 20 de julio de 2012

Todo al blanco, al negro, ... o a ambos

Hola a todas y todos!!

Parece mentira que las rebajas de verano comenzaran hace menos de tres semanas y que ya las tiendas estén recuperando los colores clásicos de la temporada de indefinición de septiembre.

La temporada de indefinición es ese período de tiempo que va desde que decaen las rebajas de verano hasta finales de septiembre. Durante este período de locura cromática una no sabe si vestir según las tendencias del verano o acercarse paulatinamente a las del otoño.

Es en este período cuando las tiendas nos dirigen hacia colores poco definitivos - y poco definidos- de la temporada: colores como el blanco, el negro, la crema, el oro y el rosa palo; colores que, en definitiva, son atemporales....

Si os dais una vuelta por las tiendas (me refiero a las de siempre: Blanco, Zara, Mango...) veréis que el negro, el blanco y la crema lo inundan todo. Por poner un ejemplo, sólo tenéis que echarle un vistazo al recién estrenado lookbook de Mango (podéis pinchar en el enlace).

Por este motivo, porque estos colores se repiten cada agosto y septiembre, es importante aprovechar las rebajas de verano y adquirir prendas que os duren hasta entrado el otoño, y que vuelven cada comienzo del otoño. Iréis a la última hasta octubre y sin que vuestra cartera sufra.

Ahora es cuando revistas de moda empiezan a lanzar "supuestas" tendencias sacadas de la pasarela: el estilo militar, los brocados, el cuero.... De todas ellas, finalmente sólo cuajan tres o cuatro. Considero que lo más inteligente -económicamente hablando- es esperarse a que, bien entrado el otoño, sepamos qué se llevará de verdad.

Por ello, mientras tanto, apuesten todo al negro, al blanco, o ambos.

Besos


domingo, 15 de julio de 2012

El síndrome de la ex-redondita

Hola a todas y todos!!

Durante estas vacaciones he podido comprobar la existencia de un síndrome fashionista: El síndrome de la ex-redondita.

Os preguntareis a qué me refiero con este tipo de afirmaciones, pues bien, a las minifaldas, escotes y vestidos ajustados de las que han conseguido quitarse de encima esos kilos que las torturaban.

Este síndrome es el mismo que sufren las  mujeres que aumentan su talla de sujetador, previo paso por el quirófano, y se empeñan en mostrar -y demostrar- los resultados. Grandes escotes que rebosan silicona suelen ser el primer síntoma de que se sufre este síndrome. Este síndrome, en el caso de las redonditas, suele estar detrás de pequeños y ajustados vestidos. Todo, con el objetivo de demostrar que se ha recuperado la figura perdida.

No debe olvidarse que este síndrome puede llevarte al abismo, porque no siempre perder centímetros significa tener los necesarios para calzarte un vestido corto y ajustadísimo, porque no siempre estos vestidos sientan bien, y sobre todo, porque no siempre enseñar los centímetros de menos es sinónimo de glamour.

Utilizaré un ejemplo que nos ayude a visualizar este síndrome: quién no recuerda aquella entrega de los Oscar en que Penélope Cruz quiso demostrar al mundo que había recuperado la figura después del embarazo, y apareció con un vestido rojo-burdeos, plagado de lentejuelas y escotazo. En la foto de la derecha podeis ver a lo que me refiero.

Algunos alabaron este modelo, pero si hacemos memoria el vestido no es ni del estilo de la que lo lleva, ni le sienta tan bien como nos hicieron creer.



Dónde quedaron las sedas, organzas y colores pastel que hasta ahora habían caracterizado a esta actriz; dónde quedó ese estilo romántico que la definía...Penélope fue atrapada por el síndrome de las ex-redonditas, y quiso demostrar al mundo que era la más rápida del oeste quitándose kilos de encima, pero se equivocó. Se vio atrapada entre brillos, estrecheces y escotazos, y dejó de ser la actriz glamourosa que era - al menos, en esta ocasión-.

Si después de eliminar esos kilos os veis a vosotras mismas buscando una minifalda o un vestido ajustado que nunca os habríais puesto, acordaos de mí y huid del síndrome de las ex-redonditas.

Besos!!