domingo, 15 de julio de 2012

El síndrome de la ex-redondita

Hola a todas y todos!!

Durante estas vacaciones he podido comprobar la existencia de un síndrome fashionista: El síndrome de la ex-redondita.

Os preguntareis a qué me refiero con este tipo de afirmaciones, pues bien, a las minifaldas, escotes y vestidos ajustados de las que han conseguido quitarse de encima esos kilos que las torturaban.

Este síndrome es el mismo que sufren las  mujeres que aumentan su talla de sujetador, previo paso por el quirófano, y se empeñan en mostrar -y demostrar- los resultados. Grandes escotes que rebosan silicona suelen ser el primer síntoma de que se sufre este síndrome. Este síndrome, en el caso de las redonditas, suele estar detrás de pequeños y ajustados vestidos. Todo, con el objetivo de demostrar que se ha recuperado la figura perdida.

No debe olvidarse que este síndrome puede llevarte al abismo, porque no siempre perder centímetros significa tener los necesarios para calzarte un vestido corto y ajustadísimo, porque no siempre estos vestidos sientan bien, y sobre todo, porque no siempre enseñar los centímetros de menos es sinónimo de glamour.

Utilizaré un ejemplo que nos ayude a visualizar este síndrome: quién no recuerda aquella entrega de los Oscar en que Penélope Cruz quiso demostrar al mundo que había recuperado la figura después del embarazo, y apareció con un vestido rojo-burdeos, plagado de lentejuelas y escotazo. En la foto de la derecha podeis ver a lo que me refiero.

Algunos alabaron este modelo, pero si hacemos memoria el vestido no es ni del estilo de la que lo lleva, ni le sienta tan bien como nos hicieron creer.



Dónde quedaron las sedas, organzas y colores pastel que hasta ahora habían caracterizado a esta actriz; dónde quedó ese estilo romántico que la definía...Penélope fue atrapada por el síndrome de las ex-redonditas, y quiso demostrar al mundo que era la más rápida del oeste quitándose kilos de encima, pero se equivocó. Se vio atrapada entre brillos, estrecheces y escotazos, y dejó de ser la actriz glamourosa que era - al menos, en esta ocasión-.

Si después de eliminar esos kilos os veis a vosotras mismas buscando una minifalda o un vestido ajustado que nunca os habríais puesto, acordaos de mí y huid del síndrome de las ex-redonditas.

Besos!!

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